Agitado, pero no batido, el Dry Martini es la perfección hecha bebida. Disfrutable en tantos tipos de ambiente que parece imposible que no combine contigo.
¿El secreto para convertirlo en tu “cóctel de cabecera”? La Manzanilla.
La preparación es muy sencilla. En primer lugar, debemos enfriar una coctelera con hielo durante unos minutos. Justo después arrojamos el agua que sobra para que el cóctel tenga la temperatura perfecta sin aguarse.
Añadimos la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Alegre, salina, refrescante, es una de los vinos más combinables de entre los ya de por sí versátiles Vinos de Jerez. La cantidad debe ser suave para que su aroma, que ya se habrá acomodado en la coctelera, no sobrepase al de la ginebra.
Después simplemente tienes que añadir dos gotas de bíter de limón. Si es especialmente fuerte, redúcelo a una sola. Agita la coctelera, coloca la aceituna en la copa y sírvelo. Un cóctel de cine.
La Manzanilla es, sin duda, la reina del mar.
Es ideal como aperitivo y acompañamiento a todo tipo de tapas, especialmente para todo tipo de sabores que provengan del mar, como mariscos y pescados.
También combina armoniosamente con los alimentos que tengan ciertos toques salinos (embutidos, salazones), así como con platos que contengan vinagre (ensaladas, adobos, marinados, sopas frías, etc).
Utilice una cubitera con hielo y agua para servirla entre 6 y 8º C.
Perfecto para pescados, mariscos y todo tipo de frutos del mar.
En un catavinos tradicional, si es amplio, o bien una copa de vino blanco.