El Marco de Jerez se encuentra situado en el noroeste de la provincia de Cádiz, la más meridional de la península Ibérica. Enclavada en la costa atlántica y enmarcada por los ríos Guadalquivir y Guadalete, se trata de una región privilegiada, en la que se concentra la esencia más pura del carácter de la Baja Andalucía: la luz, el mar y un paisaje de colinas blancas y suaves, en las que los trigos, los girasoles y el viñedo se turnan a lo largo del año para teñir de verde sus laderas.
Al norte, el imponente cauce del río Guadalquivir y sus marismas y, más allá, la extraordinaria reserva natural del Coto de Doñana. En el sur, los viñedos se mezclan con salinas y pinares. Hacia el interior, las suaves colinas cada vez se hacen más escarpadas, anunciando su proximidad a la bella serranía de Cádiz. Y a poniente, el mar. La costa atlántica, que desde Sanlúcar a Chiclana impregna con su influjo a todo el Marco de Jerez, aliviando con sus brisas el calor de los largos días de verano. Una costa de extensas playas de arena blanca, dominada por la milenaria ciudad de Cádiz, que contempla la región desde el propio mar, al otro extremo de su bahía.
“...se trata de una región privilegiada, en la que se concentra la esencia más pura del carácter de la Baja Andalucía”
Las benignas condiciones climáticas y los recursos de la zona propiciaron asentamientos humanos en la zona desde la más remota antigüedad.
Hoy, un buen número de importantes localidades festonan la región, a escasos kilómetros unas de otras. Nueve de ellas poseen en sus respectivos términos municipales viñedos acogidos a la Denominación de Origen: Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Chiclana de la Frontera, Chipiona, Puerto Real, Rota, Trebujena y Lebrija, localidad ésta última perteneciente a la provincia de Sevilla.
Jerez de la Frontera es la principal de las ciudades del Marco y capital de la región vinícola a la que da nombre. Asentada en una de las múltiples colinas que dominan la amplia campiña de tierras albarizas, a caballo entre la cercana serranía y las luminosas ciudades costeras, Jerez es una ciudad pujante y dinámica, en la que el vino comparte protagonismo con otras señas de identidad seculares como son el arte flamenco o la cría del caballo. Una ciudad moderna de más de 200.000 habitantes, pero consciente y orgullosa de un legado de siglos, en el que la industria vinícola ha jugado un papel esencial, conformando la ciudad tanto desde el punto de vista urbanístico como cultural.
A pocos kilómetros de Jerez, en la confluencia del río Guadalete con la cercana Bahía de Cádiz, se asienta El Puerto de Santa María, histórica ciudad, vinícola y marinera a partes iguales y destino turístico de primer orden, gracias a la excepcional calidad de sus playas y a su privilegiada ubicación en el corazón de la Bahía.
Más al norte, en la desembocadura del río más emblemático de Andalucía, el Guadalquivir, y frente al impresionante Coto de Doñana, se encuentra el otro vértice del mítico triángulo del Jerez: Sanlúcar de Barrameda. Ciudad de rancio abolengo y lugar de origen de la Manzanilla, vino que por su carácter marinero alcanza su máxima expresión en conjunción con la extraordinaria gastronomía local.
No lejos de Sanlúcar, río Guadalquivir arriba, se encuentra la localidad ribereña de Trebujena, tierra de viticultores desde tiempos remotos y que año tras año celebra la llegada de los nuevos mostos, auténtica savia de este laborioso pueblo. Los viñedos situados más al norte de la región entran ya en el término municipal de Lebrija, que aunque perteneciente a la provincia de Sevilla, comparte con las localidades vecinas del sur su antigua tradición vinatera.
En el extremo más occidental de la provincia de Cádiz se sitúa Chipiona -la Turris Scipiona de los romanos- con su impresionante faro, que sigue siendo referencia para los navegantes y que es el hogar preferido de una de las variedades más emblemáticas de la viticultura del Marco: la moscatel. Algo más al sur, enmarcando ya la Bahía de Cádiz por el norte, se encuentra la bella villa de Rota, marinera por antonomasia, pero también tierra de huerta y de viñas.
Al sur de la Bahía, cerca de los históricos asentamientos de Sancti Petri, el término municipal de Chiclana de la Frontera acoge los viñedos más meridionales del Marco, asomados a las playas, instalaciones y complejos hoteleros que han hecho de esta localidad uno de los destinos turísticos más pujantes del país. Finalmente, muy cerca de Chiclana y dentro ya del área de la Bahía de Cádiz, se encuentra Puerto Real, localidad cuyo término municipal está igualmente salpicado de viñedos en los que el cercano mar deja una impronta inconfundible.