“Desde el origen hasta su particular proceso de elaboración, todo es genuino en estos vinos. Su crianza responde a prácticas ancestrales, heredadas generación tras generación.”
Los Vinos del Marco de Jerez se envejecen generalmente mediante un método muy especial: el de criaderas y solera. En virtud de este sistema, el vino que se embotella se extrae de una última escala de envejecimiento, formada por un determinado número de botas (barricas) que generalmente es la situada más cerca del suelo, de ahí su nombre de solera, en las que se contienen los vinos más viejos. La cantidad extraída de estas botas su sustituye con el vino más joven contenido en la fila superior de botas, la primera criadera, y ésta a su vez por el vino de la segunda criadera, más joven aún, y así sucesivamente. El resultado: vinos excepcionales y que mantienen, año tras año, la más alta calidad.
La crianza dinámica de los vinos del Marco de Jerez permite un envejecimiento excepcionalmente prolongado. De hecho, algunos vinos de Jerez se encuentran entre los más viejos del mundo, con edades muy por encima de los 20 y 30 años. En todo caso, el periodo mínimo de crianza para cualquier vino de Jerez es de dos años, aunque la mayoría supera con creces esta edad.
A partir de las variedades de uva blanca cultivadas en el Marco de Jerez se obtiene un sorprendente abanico de colores, aromas y sabores que conforman la excepcional diversidad de los vinos de Jerez.