Cooking time: 1 hour
Fino, un vino blanco seco elaborado con uvas Palomino, marida a la perfección con la crema bechamel mientras que complementa las notas saladas del bacalao.
En primer lugar hacemos la crema de bechamel.
En una sartén grande añadimos la mantequilla para que se derrita, cuando esté, echamos la harina y bajamos un poquito el fuego para que se dore bien la harina sin quemarse.
Una vez que esté lista la crema, vamos añadiendo poco a poco y sin dejar de mover la leche - previamente templada-, nuez moscada, pimienta y sal. Si vemos que quedan grumos pasamos la batidora para dejar una bechamel fina.
Dejamos la bechamel a fuego lento para que vaya cociendo y espesándo, mientras que en otra sarte, hacemos un sofrito de cebolla hasta dejarla pochadita.Y es entonces, cuando esté añadimos las migas de bacalao y el diente de ajo picado muy finito, sofreímos bien y añadimos bastante perejil fresco picado.
Ahora que la bechamel ya debe haber espesado un poco -pero no lo suficiente- la añadimos a la sartén en la que teníamos la cebollita y el bacalao para que termine de espesar y se mezclen bien los sabores.
Para las croquetas, la bechamel tiene que estar bastante espesa, casi que cuando la muevas en la sartén guarde su forma unos segundos antes de extenderse de nuevo. Una vez en su punto, ponemos la masa de las croquetas en una fuente con mucha base y dejamos enfriar bien.Para formar las croquetas, vamos cogiendo pequeñas porciones de masa y con las manos bien limpias moldeamos, pasamos por huevo, pan rallado y freímos en abundante aceite de oliva bien caliente.
Vino ideal para el aperitivo y para todo tipo de tapas, en especial aceitunas, frutos secos y jamón ibérico.
Acompañante ideal de mariscos y pescados, en especial de aquellos con un marcado sabor salino (anchoas) y con los crudos (sashimi).
Por su bajo contenido en ácido acético, combina excepcionalmente con platos de acidez destacada (ensaladas con vinagreta, adobos, etc.) así como sopas frías (gazpacho, ajo blanco).
Utilice una cubitera con hielo y agua para servirlo entre 6º y 8º C.
Se adapta perfectamente a sabores diversos, salados e intensos.
En un catavinos tradicional, si es amplio, o bien una copa de vino blanco.