A la hora de transformase en un Vino de Jerez Ferrán lo tiene claro, “Yo si fuera un vino de Jerez sería un vino de oxidación, oxidativo, un amontillado o un oloroso muy viejo me gustaría ser”. Sus comentarios siempre surgen de la reflexión, ninguna frase de Centelles está dicha sin pensar.
Para compartir una copa le gustaría hacer un viaje en el tiempo, “Me encantaría tomarme un jerez con Shakespeare” afirma en la entrevista sin inmutare. “Shakespeare escribió sobre Jerez muchísimo y me tomaría un fino en rama o una manzanilla en rama para conversarlo y para comprenderlo”.
Fue en el restaurante El Bulli donde disfrutó por primera vez de un vino del Marco y la experiencia es hoy un recuerdo imborrable. “El primer jerez que me tomé no lo voy a olvidar en mi vida. Estaba yo cumpliendo 18 años y estaba trabajando en el Bulli, vino entonces Eloy Sánchez, que era un sumiller de la época, y me dijo - Ten Ferrán, para celebrar tu 18 cumpleaños toma una copita de Pedro Ximénez con un trocito de pastel de cacao”.
Compartir el día a día del trabajo en El Bulli con el mítico Juli Soler supuso afianzar sus cimientos como profesional, curtirse en ese trabajo de especial sensibilidad que desarrolla un sumiller en la sala de un restaurante. Por ello para brindar con una copa de jerez “yo brindaría por un concepto que es Juli Soler, que fue propietario del Bulli junto a Ferrán Adriá. Él era un enamorado, un obseso del Vino de Jerez. En el Bulli teníamos muchos jereces. Ya en el 94, cuando el Bulli todavía no tenía tres estrellas Michelín, ya teníamos 40 jereces. En el 2001 estábamos cerca de los 70, ¡Todos ellos por copas!”, exclamó.
Aquellas cartas que Centelles ofrecía a los clientes del mejor restaurante del momento, son hoy un testimonio de la apuesta pionera que aquel equipo hizo por los jereces. “Cuando tú abrías la carta del restaurante, la carta de vinos del Bulli, era un carta grande. ¡Te puedes imaginar 1600 referencias! Pues la primera página eran vinos generosos de Jerez. La primera, la segunda, la tercera y la cuarta, porque teníamos un montón”.