Lo que empieza a ser tendencia en nuestro país, lo es desde hace tiempo en Estados Unidos –pionero en los sherry cocktails–, Japón, Australia e Inglaterra. Y es que la versatilidad de los vinos de Jerez y sus variedades (manzanilla, fino, amontillado, oloroso, palo cortado…) permite desde la elaboración de cócteles clásicos hasta más vanguardistas e innovadores.
A la ginebra y al vodka les ha salido un nuevo competidor. Y no es de extrañar. Desde su zona de elaboración, una tierra con carácter (Jerez de la Frontera, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda), o los factores climatológicos que acentúan la expresión del terruño en la viña; todo en los vinos de Jerez está destinado a convertirlos en la base perfecta para elaborar cualquier clase de cóctel: long drinks, de aperitivo, digestivos…
La tendencia de los cócteles con vinos de Jerez se extendió primero en países como EE.UU.
Tres buenas razones
Que la revolución del Jerez se esté consolidando no se debe sólo al carácter, intensidad y personalidad de estos vinos. Hay tres factores que hacen de ellos un objeto de deseo. El primero es su complejidad y su enorme riqueza de sabores, que lo convierten en algo así como un armario de especies.
El segundo factor es su versatilidad. El abanico de matices que regalan las diferentes variedades –dulces, secos, yodados– o la alta acidez de algunos hacen del sherry un producto perfecto para la coctelería. Y el tercero es su baja graduación, un rasgo muy demandado últimamente en el mundo de la mixología.
Los cócteles de la revolución
Cóctel Bamboo (Getty)
Ya se sabe que no hay nada nuevo bajo el sol. Ni siquiera la «sherry revolution». De hecho, uno de los clásicos de la coctelería con Jerez es el Bamboo, un combinado creado por Louis Eppinger a finales del siglo XIX.
Este alemán, que llegó desde San Francisco a Yokohama (Japón) en 1889 y está considerado el padre de la coctelería nipona, lo inventó mientras trabajaba de barman en el Hotel New Grand de esa ciudad japonesa.
El Bamboo es uno de esos cócteles clásicos que están de vuelta
El Bamboo se elabora con fino, vermut seco y un golpe de bitter de naranja. No es el único clásico que cuenta como ingrediente base con un vino de Jerez. Con la manzanilla se elabora otro, el Sherry Mary, una versión del Bloody Mary en la que sustituye el vodka por este típico vino de Sanlúcar de Barrameda.
Otro combinado, no tan clásico pero basado en uno, es el rebujito. Creado en los años 90, es una variante de su precursor Sherry Cobbler, a base manzanilla, hierbabuena, mucho hielo y gasesosa. En fin, perfecto para las noches de feria y albero.
Una bodega de sherry en Sanlúcar de Barrameda (gionnixxx / Getty)
Además del fino y la manzanilla, también los amontillados y los olorosos protagonizan la elaboración de cócteles. Estos últimos, por ejemplo, con graduaciones entre los 18º y los 20º, resultan ideales para combinados más bien digestivos que sirven de colofón a un buen ágape. Tal sería el caso del Porto Flip, que podemos preparar sustituyendo el vino de Oporto por un Pedro Ximénez.
En definitiva, los vinos del Marco de Jerez son los aliados perfectos para disfrutar de un buen cóctel. Y en Nueva York y Londres lo saben. Allí, no sólo han arraigado en las cartas de los mejores locales de mixología, sino que, incluso, se han creado los exitosos Sherry Bars, donde se pueden degustar extensas cartas de jerez ya sea en formato copa o en cóctel acompañados de una tapa.
Rebujito de frutos rojos
Rebujito de frutos rojos (Marc Verges Amor / Marc Verges Amor)
Ingredientes
> 2 cl. de zumo de limón natural
> 4 cl. goma
> 2 cl. de amontillado
> 4 cl. de fino
> 4 cl. de sprite
> 5 frambuesas
> 8 arándanos
> 2 ramilletes menta
> Frutos rojos variados y un ramillete menta para decorar
Elaboración
1. Enfriamos el vaso tipo highball con hielo pilé.
2. Introducimos en la coctelera el zumo de limón y la goma, con las frambuesas, los arándanos, la menta y por último, los vinos de jerez.
3. Llenamos la coctelera con hielo abundante y agitamos enérgicamente hasta que la mezcla esté bien fría.
4. Retiramos el hielo picado del vaso e introducimos hielo en roca. Servimos la mezcla haciendo doble colado.
6. Añadimos el Sprite y removemos para mezclar.
7. Decoramos con frutos rojos variados.
A la ginebra y el vodka les ha salido un nuevo competidor: los vinos de Jerez”
HÉCTOR HENCHE, COCTELERO
11/05/2017 00:01 | Actualizado a 11/05/2017 10:11
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