Tras el puente de agosto son ya ocho los lagares que se encuentran en funcionamiento en nuestra Denominación de Origen, a los que se sumarán al menos dos más a lo largo de la presente semana. La previsión es que a lo largo de la próxima semana se produzca ya la generalización de la actividad. En total, está previsto que funcionen durante la presente campaña 31 bodegas de elaboración, de acuerdo con las solicitudes presentadas en el Consejo Regulador. Como es habitual, la vendimia se ha iniciado en los pagos del interior, que han sido los primeros en alcanzar la madurez óptima de la uva, mientras que los pagos costeros andan ya muy cerca de conseguirla. Hasta ayer día 15 de agosto se habían procesado ya 8.041.330 kilos de uva en 7 lagares, obteniéndose una graduación media de 11,4 º Baumé.
En general el estado del fruto que está entrando en las bodegas es óptimo, con una graduación adecuada y un estado sanitario inmejorable, como consecuencia de la bajísima incidencia de plagas y enfermedades: apenas algunos focos de araña que aparecieron con los primeros calores del verano y que se combatieron de una manera localizada, y recientemente alguna presencia del mosquito verde que probablemente se tenga que tratar después de la vendimia para evitar una defoliación prematura del viñedo. Especialmente significativa es la baja incidencia del oídio, habitual en algunas zonas costeras, debido a una larga secuencia de noches cálidas con escasa humedad.
Durante los últimos días de julio y la primera quincena de agosto han predominado las altas temperaturas con levantes moderados, lo que se está manifestando en una pérdida de humedad de la uva, algo que sin duda se traducirá en graduaciones más altas. No obstante, los suelos albarizos que han retenido unas lluvias caídas con regularidad durante la campaña mantienen el viñedo estable a pesar de la carga de la cosecha, poniendo a disposición de la planta la humedad que va necesitando para completar su ciclo productivo.
Los estados fenológicos han ido evolucionando durante toda la campaña con un adelanto de entre ocho y diez días con respecto al año anterior debido a la estabilidad de la temperatura durante todo el ciclo productivo. Como ya se adelantó, la cosecha se prevé superior a la del año pasado, pues no se han dado incidencias climatológicas negativas que reduzcan la producción de manera sensible.