Para dominar la venencia sin desparramar la mayor parte del vino por el suelo hace falta tiempo, paciencia y constancia. Noriko Sakumoto lo ha logrado con dos horas de práctica al día durante un año, pero su gran mérito reside en unir elegancia a la precisión en el manejo de este utensilio vinculado al vino de Jerez, lo que le ha valido para proclamarse ganadora del concurso anual de venenciadores de Japón que organizan Fedejerez y el Consejo Regulador.
Esta joven japonesa disfrutó el pasado mes de enero , junto a un grupo de sumilleres, cocineros y barman de su misma nacionalidad, de su premio como mejor venenciadora de la décimo sexta edición del concurso, un estancia de cuatro días en Jerez plagada de visitas a bodegas y viñas, pero en la que también hay tiempo para empaparse sobre el vino y la cultura de los caldos jerezanos.
Para lograr el título oficial de venenciador de los vinos de Jerez, los aspirantes deben demostrar que atesoran amplios conocimiento de los vinos de Jerez, ya que antes de demostrar sus habilidades con la venencia, tienen que superar una prueba teórico y un exclamen en una cata de los distintos tipos.
Sakumoto es copropietaria con su marido del restaurante Fermintxo, que debe su nombre a la cocina vasca por la que también siente devoción y que aprendieron a cocinar durante una estancia anterior por el País Vasco. Desde que logró el título de mejor venenciadora, muchos curiosos se acercan por su local para interesarse por los vinos de Jerez –forman parte de un menú maridado– y apreciar sus habilidades con la venencia, que lanza hacia el cielo a la altura que le permite su brazo con absoluta naturalidad y finura.
Los venenciadores japoneses homologados por la institución jerezana del vino, que ascienden ya a centenar y medio –tantos como existen en el Marco y su entorno– han desarrollado un estilo propio con un marcado carácter estético que acerca el oficio de la venencia a la categoría de arte. Las mujeres dominan el concurso en los últimos años y la afición en este país por el jerez guarda estrecha relación con su pasión por la cultura española y, en particular, por el flamenco.
Para Carmen Aumesquet, directora de Promoción del Consejo Regulador, es sorprendente el interés de cada vez más mujeres, jóvenes profesionales que se convierten en grandes embajadoras del jerez en el país nipón.
Artículo perteneciente al Diario de Jerez por Ángel Espejo JEREZ | ACTUALIZADO 22.01.2016 - 07:41