Cuéntanos brevemente tu relación con los International Wine Challenge
Mi relación con IWC viene de lejos, desde que comencé a trabajar en el equipo de Manuel Lozano, hace ya más de 14 años... Cada logro de él, yo lo vivía como algo especial, pues en algo había contribuido: había aportado mi granito de arena. Y así nos lo hacía saber Manolo a todo el equipo.
¿Qué se siente al ser de nuevo el Mejor Enólogo de Vinos Generosos del Mundo?
Es una gran satisfacción, tanto personal como profesional, pues es fruto del buen trabajo del equipo Lustau; es señal de que seguimos haciendo las cosas bien.
Era algo a lo que siempre he aspirado y me marcaba como meta personal.
¿Cuáles son tus perspectivas tras esto?
Siguen siendo las mismas: seguir trabajando igual, con las ganas e ilusión de siempre. Los reconocimientos vendrán o no vendrán, pero disfrutar del trabajo y la constancia serán siempre mis objetivos a cumplir.
¿Nos contarías tu secreto para ser el Mejor Enólogo de Vinos Generosos del Mundo?
Parto con una gran ventaja...haber aprendido del mejor pero, de todos modos, el único secreto es amar tu trabajo y la perseverancia.